La pedagogía Montessori es un enfoque educativo desarrollado por la doctora María Montessori, una médica y educadora italiana, a principios del siglo XX. Su método se basa en la idea de que los niños aprenden mejor en un entorno que les permite explorar y experimentar de manera libre, siguiendo su curiosidad y ritmo personal. Este enfoque tiene como objetivo fomentar la autonomía, la autodisciplina y el amor por el aprendizaje en los niños, respetando su desarrollo individual.
El método Montessori surgió a partir de las observaciones de María Montessori mientras trabajaba con niños desfavorecidos en Roma. En 1907, Montessori abrió la primera «Casa dei Bambini» (Casa de los Niños) en un barrio pobre de Roma, donde implementó sus ideas basadas en la observación científica del comportamiento de los niños. Notó que, al proporcionarles un ambiente adecuado y materiales apropiados, los niños mostraban una sorprendente capacidad para concentrarse, resolver problemas y aprender de manera autónoma.
El éxito de este primer experimento pedagógico la llevó a difundir sus ideas por todo el mundo, y el método Montessori se ha expandido desde entonces, aplicándose tanto en escuelas privadas como públicas de diferentes países.
«El propósito de la educación es nutrir el deseo natural del niño por aprender, permitiéndole desarrollar su autonomía y confianza para descubrir el mundo por sí mismo.»
¿Conoces los beneficios principales para un niño. Educado con el método montessori?
Aprenden a tomar decisiones por sí mismo desde una edad temprana, así como a autoregularse.
Se cultiva el aprendizaje autodirigido, donde los niños pueden explorar sus propios intereses. Esto crea una motivación intrínseca por aprender, sin necesidad de recompensas o castigos externos.
Los materiales Montessori están diseñados para ser manipulativos, permitiendo a los niños aprender a través de sus sentidos. Este aprendizaje concreto y práctico ayuda a entender conceptos abstractos como las matemáticas y la escritura de manera más efectiva. La integración de las experiencias sensoriales fortalece la memoria y facilita la comprensión profunda de los conceptos.
Los niños trabajan en grupos de edades mixtas, lo que fomenta la colaboración, el respeto mutuo y la empatía. Los niños mayores actúan como mentores y los más jóvenes aprenden observando y recibiendo apoyo.
El entorno Montessori promueve la concentración prolongada. Al permitir a los niños trabajar en actividades que capturan su interés, desarrollan la capacidad de enfocar su atención durante largos períodos de tiempo. Los niños aprenden a completar tareas sin interrupciones, lo que les ayuda a ser más perseverantes y organizados.
La combinación de actividades físicas y mentales, como el uso de materiales manipulativos, favorece tanto el desarrollo de las habilidades motoras finas como la coordinación y el control del cuerpo.
Aunque el entorno Montessori tiene reglas, el niño es alentado a ser creativo en su enfoque al resolver problemas y a explorar diversas maneras de utilizar los materiales.
En lugar de seguir un currículo rígido, el método Montessori se adapta al ritmo y estilo de aprendizaje de cada niño. Esto permite que los niños avancen más rápido en áreas donde tienen interés o destrezas y reciban el apoyo necesario en áreas donde puedan tener dificultades.
Al completar tareas por sí mismos y ver el fruto de su trabajo, los niños desarrollan una confianza en sus propias capacidades. Esto fortalece su autoestima y les da una actitud positiva hacia los desafíos.